The Mysteries of the Life of Christ in J. H. Newman

Abstract

The life of Christ, considered as the mystery of salvation, occupies an important place in the writings of Newman. By going through a careful analysis of Newman’s varied written works especially his Parochial and Plain Sermons, one is able to capture his overriding doctrinal concern: the right approach to the life of Christ in a biblical and creedal way. The Christology of the sermons that is very much imbued with the Scriptures and the Church Fathers has led him to rediscover in the nineteenth century England the perennial relevance of the theology of the mysteries of the life of Christ. And it is here where he coherently unites Christology and Soteriology, dogma and spirituality. In the English theologian’s treatment of Christ’s Conception up to His Second Coming, three essential aspects are worth noting: first, it is His being the Incarnate God which gives salvific meaning to all His actions; second, all the events of His life are perceived not in a fragmented way for they all form one salvific act; third, these mysteries are wrought in His Person in order to be repeated in every Christian through the mission of His Spirit.

La vida de Cristo, en cuanto misterio de salvación, ocupa un lugar importante en los escritos de Newman. Mediante el análisis atento de sus escritos, especialmente los Sermones Parroquiales, se descubre una primordial preocupación doctrinal de Newman: la aproximación adecuada a la vida de Cristo que se fundamenta en la Biblia y en el credo. La cristología de los sermones, muy imbuido de las Escrituras y de los Padres de la Iglesia, es un redescubrimiento en la Inglaterra del siglo XIX de la perenne relevancia de la teología de los misterios de la vida de Cristo. En ella aparecen unidos de modo coherente cristología y soteriología, dogma y espiritualidad. En el tratamiento del teólogo inglés de la vida de Cristo, desde su Concepción hasta la Segunda Venida, se pueden mencionar tres aspectos esenciales: primero, es el ser de Cristo como el Dios Encarnado el que da sentido salvífico a todas sus acciones; segundo, todos los acontecimientos de la vida de Cristo forman un solo acto salvífico y por tanto tratan de un modo unitario y no de manera fragmentada; tercero, los misterios de Cristo han sido realizados con el fin de que puedan repetirse en cada cristiano a través de la misión de Su Espíritu.