REV - CF - Vol. 26 (2016)
Permanent URI for this collectionhttps://hdl.handle.net/10171/39726
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- La libertad como condición de posibilidad del crecimiento humano según Antonio Millán-Puelles(Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2016) Lozano-Martín, A.E. (Ana Encarnación); Sánchez-Migallón, S. (Sergio)El objetivo del presente trabajo es mostrar, a partir de la especulación metafísica de Antonio Millán-Puelles, que la libertad bien entendida constituye el resorte más radical para posibilitar el crecimiento humano. La libertad constituye la dimensión propia de la naturaleza del ser personal, de ahí que la aceptación del propio ser, sea condición de libertad. Esta afirmación lleva consigo que el crecimiento humano es un cre- cimiento en el orden del ser y por tanto requiere una fundamentación estrictamente ontológica que llegue al núcleo de su perfección. Esta libertad configurada desde la realidad del propio ser, no se limita al estrecho horizonte de los intere- ses personales ni se reduce a una mera capacidad de elegir. Se trata de una libertad que encuentra su espacio creativo en el ámbito del bien. El crecimiento humano no es solo un crecimiento en el orden del ser, sino también un crecimiento en armonía interior. La virtud moral integra la dimensión sensible y corporal con la dimensión social de la persona. Esta armonía se manifiesta en la facilidad y el agrado con los que se realiza los actos de virtud. Estos impulsos sensibles que participan de la razón, se convierten en principios del actuar humanos y son señal de la perfección del actuar humano. Esta connaturalidad afectiva con el bien convierte la afectividad en guía del juicio de la razón, acertando con lo verdaderamente bueno de modo espontáneo y seguro. En este contexto, el crecimiento humano adquiere un horizonte insospechado.
- The Providence of God according to Richard Swinburne(Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2016) Mbonimpa, A. (Alex); Sánchez-Migallón, S. (Sergio)Esta tesis es un estudio del tema de la providencia divina en el trabajo de Richard Swinburne. Su pensamiento sobre este tema consiste principalmen- te en su respuesta al problema del mal. Argumenta que todo el mal que ocurre es lógicamente necesario para que Dios nos dé todos los bienes que considera- mos valiosos. Swinburne sugiere que los bienes que nos otorga pesan más que los males y que esto es lo mejor que Dios puede hacer. Su meta es mostrar que la ocurrencia del mal no cuenta contra el teísmo. El presente trabajo defiende la tesis, siguiendo a Tomás de Aquino, que la teodicea de Swinburne es inadecuado y que cualquier teodicea que no tenga en cuenta la causalidad final será inadecuado. Para conseguir una teodicea satisfactoria, ha de emplearse un procedimiento más metafísico. La tesis dice que un concepto teleológico de la naturaleza es indispensable para reconocer los bienes y males verdaderos. Este concepto es la base de la concepción tradicional del mal como privatio boni, que este trabajo defiende. La tesis argumenta que esta concepción del mal resuelve muchos de las dificultades que encuentra la teodicea de Swinburne. Además, implica que la «defensa de la libertad de la voluntad» de Swinburne, que hace necesario la existencia positiva del mal, no es sostenible. El trabajo muestra también que son sus concepciones del bien y de la libertad que le hacen rechazar algunas de las doctrinas de la teodicea en la tradición cristiana.
- Persona y Verdad en Luigi Pareyson(2016) Vergara, N. (Nicolás); Sánchez-Migallón, S. (Sergio)Al constatarse las falencias de la filosofía de Hegel, surgieron corriente existencialistas que intentaron rescatar el valor del individuo, cayendo, sin embargo, en un intimismo de la verdad. Luigi Pareyson, en el siglo veinte, propone un personalismo ontológico abierto al ser, a la verdad y a la trascendencia; es decir, una filosofía personal anclada en una verdad perenne, comprensible a los individuos de cualquier cultura. Como pensador cristiano, subraya la capacidad del cristianismo de informar y revitalizar la cultura de cualquier época, por enraizarse en una verdad perpetuamente válida y actual. Su existencialismo intenta resolver la relación entre finito e infinito, entre Dios y el hombre, corrigiendo los planteamientos de los pensadores que sucedieron a Hegel (Kierkegaard, Feuerbach, Barth y Heidegger, entre otros). En efecto, algunos filósofos exaltaron el infinito en desmedro de la iniciativa humana y de la libertad, o bien concibieron al hombre como cerrado a la trascendencia. Pareyson propone una filosofía abierta a la trascendencia y respetuosa de la libertad y de la iniciativa. La novedad de su existencialismo radica en interpretar la experiencia de la trascendencia en clave religiosa: Dios se revela a quien lo busca, y depende de la libertad humana el acoger la luz divina o permanecer en la oscuridad. Comprendió que la persona es el órgano revelador de la verdad; es decir, es a la persona a quien la verdad del ser se le manifiesta, y el individuo la acoge libremente. Su teoría hermenéutica fue pionera en el siglo pasado, abriendo camino a nuevas investigaciones y escuelas de pensamiento.