Grado en Comunicación Audiovisual - TFG - Cursos 2014/2015 - 2019/2020

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    Siminiani: primer plano
    (2017) España-Navarro, E. (Enrique); Muguiro, C. (Carlos)
    El propósito de este trabajo no es aclarar qué es documental y qué no. Ya se ha escrito mucho sobre el tema y eso no asegura el éxito (Comolli, 2004: 212): En la errancia de esta confusión inicial con la energía que le es propia, el cine devora sus fronteras. Habitualmente se distingue entre cine documental y cine de ficción, se los opone, se los fija en géneros determinados. Quien recorra esa serie de luchas y batallas que llamamos “historia del cine” verá rápidamente que esta distinción es a menudo contradicha tanto en el sistema de obras cuanto en la práctica de los cineastas –iba a decir en su deseo. Desde Vertov, Murnau o Fraherty hasta Kiarostami, pasando por Welles, Rossellini y Godard, lo más vivo de la energía cinematográfica circula entre los dos polos opuestos de la ficción y del documental para entrecruzarlos, entrelazar sus flujos, hacerlos rebotar el uno en el otro. Corrientes contrariadas de las que resultan bellos cine-monstruos, tal (entre cientos) Greed, Une sale Histoire, Out One o Route One, USA... Tampoco me propongo encontrar una clasificación capaz de acoger los diversos tipos de documental. Me basta con mostrar lo arduo de tal empresa: del mismo modo que no es posible poner puertas al campo, no se puede encajonar un género que, por definición, por tradición y por vivir tan apegado al desarrollo tecnológico, ha gozado siempre de una libertad creativa ilimitada. El eje que vertebra este estudio es una entrevista realizada a Elías León Siminiani, como director de varios documentales cortos y uno largo, el 8 de marzo de 2017 en su estudio de Madrid(en este trabajo, las palabras del cineasta aparecen resaltadas en color verde). Ese es el motivo por el que me ha parecido oportuno situar al autor en un contexto histórico y en un universo creativo que quizá -solo quizá- pueda explicar por qué él es como es y no de otra manera, consciente o inconscientemente. Finalmente, aunque se han escrito líneas y líneas sobre su trabajo y, por tanto, poco voy a poder aportar al respecto, he considerado conveniente “tomar prestadas” algunas de esas líneas para resumir de modo somero y situar a Siminiani en el campo cognoscitivo de quien lea estas páginas.