Silva-y-Verástegui, S. (Soledad) de
- Publications
- item.page.relationships.isContributorAdvisorOfPublication
- item.page.relationships.isContributorOfPublication
2 results
Search Results
Now showing 1 - 2 of 2
- “De los cuerpos de los santos que descansan en el Camino de Santiago y deben ser visitados por los peregrinos” (Liber Sancti Jacobi “Codex Calixtinus”)(Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, Universidad de Navarra, 2011) Silva-y-Verástegui, S. (Soledad) deCon estas palabras se dirigía el poitevino Aimerico Picaud, hacia 1140, a los peregrinos que caminaban por las rutas europeas a Santiago de Compostela. El capítulo VIII del Libro V del Codex Calixtinus, conocido como la guía de peregrinación, exponía una larga enumeración de los cuerpos de los santos que se encontraban en diversas iglesias, santuarios o monasterios por donde pasaban los peregrinos a lo largo de las diferentes rutas-tolosana, podiense, limusina o touronense- que conducían a Santiago y que debían visitar. El autor señala numerosos sepulcros de santos en Francia, si bien en el camino español únicamente menciona los de Santo Domingo de la Calzada, los de los Santos Facundo y Primitivo, en Sahagún, San Isidoro en León y finalmente la tumba apos- tólica en Compostela. Es evidente que la peregrinación a Santiago se concebía, en plena Edad Media, como un itinerario cultual jalonado por cuerpos y reliquias de los santos que el peregrino debía venerar hasta alcanzar la meta final: la tumba del apóstol Santiago en Compostela. Nos proponemos en este trabajo recorrer el Camino de Santiago a través de los sepulcros o relicarios de los santos que se encuentran en la ruta desde Jaca a Compostela que los peregrinos pudieron visitar en aquéllos siglos, y que afortunadamente la mayoría de ellos han llegado hasta nosotros. Dos son los motivos principales que nos han movido a abordar este tema. En primer lugar, nos ha parecido oportuno, dado que estamos celebrando un nuevo año jacobeo, recuperar el espíritu de la auténtica peregrinación cristiana suscitado desde sus primeras manifestaciones por la veneración al sepulcro de un santo, como revelan las mas antiguas peregrinaciones al Santo Sepulcro, en Jerusalén o a las tumbas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma. En segundo lugar, a pesar de la abundante historiografía artística que ha suscitado el Camino de Santiago, la mayor parte de los estudios se han centrado en la Arquitectura, la Escultura Monumental o la Pintura, pero no así en la escultura sepulcral devocional, que ha tenido importantes repercusiones artísticas.
- Tradición hispana e influencias exteriores en la miniatura en el Reino de Pamplona durante los siglos X y XI(Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, Universidad de Navarra, 2008) Silva-y-Verástegui, S. (Soledad) deFundados en el primer tercio del siglo X, por los reyes de Pamplona, a raíz de la reconquista de la Rioja por Sancho Garcés I, los monasterios de San Martín deAlbelda y de San Millán de la Cogolla desplegaron una intensa actividad artística en sus respectivos escritorios. Ambos contribuyeron con su esfuerzo a transmitir el inmenso y rico legado cultural y artístico de la España visigoda, recreando un neovisigotismo iconográfico único en estos siglos. No obstante esta tradición hispana fue enriquecida por las influencias foráneas provenientes de la Francia carolingia y en algunos casos también del mundo musulmán. Además, los miniaturistas de Albelda y San Millán desarrollaron su cometido en estrecho contacto con la labor que otros artistas desempeñaron en otros centros monásticos hispanos, lo que se evidencia en los influjos recíprocos que tuvieron lugar entre unos y otros a lo largo de los siglos X y XI. Founded in the first decades of the tenth century by the kings of Pamplona, following the conquest of La Rioja by Sancho Garcés I, the monasteries of San Martin de Albelda and San Millán de la Cogolla displayed an intense artistic activity. Both contributed to the transmission of the rich and vast cultural and artistic inheritance of Visigoth Spain, recreating a neovisigothic iconography which is unique for its times. However, this Iberian tradition was also enriched by foreign influence from Carolingian France and, sometimes, from the Muslim world. The miniature artists from Albelda and San Millán worked in close contact with other artists in several Hispanic monasteries, something made evident in the reciprocal influences that took place along the tenth and eleventh centuries.