Abstract
Los mensajes dirigidos por Juan Pablo II a la Rota en estos últimos años manifiestan un conocimiento real de la situación de hoy en muchos lugares y una solicitud constante por la calidad de la aplicación concreta de la justicia en las causas matrimoniales. Parece que el Papa intenta alumbrar el fondo y las conexiones entre la mentalidad actual de la cultura llamada posmoderna, las intervenciones de los ordenamientos civiles, la secularización de numerosas sociedades de raíces católicas, las conductas de los fieles y la influencia de todos estos elementos en la actitud de quienes trabajan en torno a los procesos matrimoniales. En cierto sentido, el Discurso de 2005 al Tribunal de la Rota Romana es atípico, porque se centra en la dimensión ética de los operadores de la justicia: nunca se había hablado con algún detenimiento de la responsabilidad de los obispos respecto a los jueces de sus tribunales y respecto a los resultados de la actividad judicial de esos mismos tribunales. Tampoco era frecuente hablar de las responsabilidades de conciencia de los cónyuges. De cara a la actuación de jueces y abogados Juan Pablo II subraya los peligros más comunes y la necesaria 'tensión hacia la verdad' que debe presidir todo el proceso: una verdad que existe objetivamente y que es posible llegar a conocer.