Abstract
La doctrina paulina de la imagen divina en el hombre se desarrolla de acuerdo con un claro esquema: Cristo es la imagen de Dios; el hombre, conformado a la imagen de Cristo, llega a ser verdaderamente en Cristo imagen de Dios. Toda la existencia cristiana está orientada a reproducir dinámicamente la imagen del Hijo y a participar de su gloria, es decir, del modo de ser de este hermano Primogénito. En la doctrina paulina sobre la filiación divina adoptiva es característico el término de origen jurídico huiothesía para indicar la dignidad del cristiano. La adopción filial constituye una permanente exigencia moral: un vivir con Cristo y morir con Cristo para llegar junto con él a la gloria del Padre.
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