En un mundo con una distorsión deliberada de la realidad para crear y moldear la opinión pública e influir en las actitudes sociales, los hechos objetivos y los argumentos lógicos están perdiendo ante las emociones y las creencias personales. Este mundo de la posverdad se rige por las reglas de la volatilidad, la fluctuación y la plusvalía que, a su vez, condenan algunos aspectos de la referencialidad del lenguaje a la ley de la obsolescencia. Es imperativo llevar a cabo cómo afecta este proceso al diseño, y descubrir si juega un papel vital ya que, en cierta medida, el diseño implica el cultivo de las emociones en el desarrollo de soluciones. La literatura muestra que la falta de sinceridad existe en la industria del diseño y la publicidad y también el hecho de que el mundo funciona de la forma en que lo diseñamos. Por lo tanto, los diseñadores deben mantener su responsabilidad social para crear un mundo mejor. Se demuestra que las emociones son motores críticos de los diseños. Asimismo, se demuestra que el diseño es un lenguaje público que asienta objetivos, intereses, instrumentos y afectos que tienen los individuos para crear competencia política y diálogo.

In a world with deliberate distortion of the reality to create and shape public opinion and influence social attitudes, objective facts, and logical arguments are losing to emotions and personal beliefs. This post-truth world abides by the rules of volatility, fluctuation, and surplus value that in turn, condemn some aspects of the referentiality of language to the law of obsolescence. It is imperative to conduct how this process affects design, and uncover whether it plays a vital part since, to some extent, design involves the cultivation of emotions in the development of solutions. Literature shows that insincerity exists in the design and advertising industry and the fact that the world works in the way that we design it. Therefore, designers must uphold their social responsibility to create a better world. It is shown that emotions are critical drivers of the designs. Also, it is demonstrated that design is a public language that settles objectives, interests, instruments, and affections held individuals to create political competence and dialogue.