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Abstract

Internet y las redes sociales han democratizado la comunicación de contenidos sobre salud y han multiplicado la difusión pública de informaciones relacionadas con ese tema. Muchas de las informaciones sanitarias proceden de fuentes acreditadas y son plenamente solventes, lo que permite a la ciudadanía acceder fácilmente a información de calidad que promueve comportamientos responsables. Sin embargo, al mismo tiempo, en las redes circulan cada vez más contenidos sobre salud de procedencia desconocida y fiabilidad dudosa. Buena parte de esos mensajes son, de hecho, intencionadamente engañosos. Las redes, en definitiva, son una moneda de dos caras: dan acceso a contenidos sanitarios de calidad, pero exponen asimismo a la ciudadanía a diversos riesgos. Esta guía pretende desarrollar y divulgar pautas que sirvan para contrarrestar el fenómeno de la desinformación en materia de salud.