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Abstract
El «descenso de Cristo a los infiernos» es quizás el más oscuro de todos los misterios cristianos. Sin embargo, arroja una respuesta luminosa al interrogante más profundo del ser humano: ¿qué sucede después de la muerte? Jesucristo experimenta el «desgarrón » de su naturaleza humana al separarse el alma y el cuerpo –este permanece tres días en el sepulcro, aquella «visita» a las almas de los justos fallecidos antes que Él–, pero resucitando vence la muerte y la transforma en vía de salvación. Así, el Salvador redime la muerte y redime a los muertos. El presente trabajo indaga en las reflexiones eclesiales (bíblicas, patrísticas, teológicas, artísticas y magisteriales) sobre el «misterio del Sábado Santo» buscando extraer de estas sus implicaciones para la escatología intermedia de los individuos. Acaba con un ensayo en el que el autor intenta dar una visión unificadora de estos aspectos.