Abstract
La Teoría del conocimiento de Leonardo Polo ayuda a clarificar el abordaje neurocientífico al problema mente-cerebro, así como aporta interesantes hipótesis para seguir desarrollándolo. Sin embargo, la teoría de sistemas que plantea, en tanto que obertura argumentativa, supone un obstáculo para que su trabajo pueda ser bien reconocido y asimilado en las ciencias experimentales. En este artículo, en primer lugar, analizo tal dificultad identificando el principal problema: la justificación que Polo hace de la Cibernética a partir de la Termodinámica. Y, en segundo lugar, replanteo el problema de la finalidad con el objetivo de lograr una mejor legitimación del salto de una a otra área. En las conclusiones defiendo que esto solo es posible de manera indirecta, a partir del estudio del caso humano porque solo allí es posible encontrar acceso privilegiado a ciertos fenómenos, lo que es crucial para entender la inteligencia, la finalidad y la vida.