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Abstract
El hepatocarcinoma (HCC) es una de las causas principales de cáncer siendo su incidencia cada vez mayor. La cirugía y el trasplante están reservadas para pacientes en estadios iniciales y las terapias loco-regionales, para estadios intermedios. En estadios más avanzados, el inhibidor de tirosin-kinasas (Sorafenib), prolonga moderadamente la supervivencia y es el tratamiento estándar de primera línea. Un gran número de pacientes son diagnosticados en estadios avanzados por lo que es necesario el desarrollo e innovación de nuevas líneas de tratamiento. La radioembolización (RE) con microesferas de Itrio90 ha mostrado en estudios retrospectivos tasas de respuesta elevadas y supervivencias prolongadas dentro de este subgrupo. En base a estos resultados, la RE se ha empleado en algunos centros como tratamiento estándar de primera línea, reservando Sorafenib para la progresión. Nuestra hipótesis principal es que la RE podría ser una opción de tratamiento con mayor supervivencia que el Sorafenib en pacientes con invasión portal. Para ello, se ha realizado un estudio multicéntrico retrospectivo en cuatro hospitales del norte de España, donde un centro utiliza RE como tratamiento de primera línea reservando Sorafenib en el momento de la progresión y en el resto se utiliza el Sorafenib. Se incluyeron 73 pacientes con HCC e invasión portal, 26 pacientes tratados con RE y 47 con Sorafenib. No había diferencias estadísticamente significativas relevantes entre ambos grupos. Después de una mediana de seguimiento de 6 meses (IQR 2-12,25), hubo 60 fallecimientos: 22 y 38 en los grupos de RE y Sorafenib con una supervivencia media de 6,7 meses (IC del 95%: 5,2-8,1 meses) en toda la cohorte. En el grupo de RE, la mediana fue de 8,8 meses (IC del 95%: 1,8-15,8) y 5,4 meses (IC del 95%: 2,7-8,1) en el grupo de Sorafenib, siendo estadísticamente significativo (P = 0,047). Se realizó una regresión de COX con las variables identificadas con capacidad pronóstica y ajustado por propensity score, siendo la RE un factor de buen pronóstico (HR 0,5 IC95% 0,3-0,8; p<0,05). Asimismo, se amplió la base de datos para el análisis del patrón de progresión tras RE y su impacto en la supervivencia post-progresión (SPP). Seleccionamos los pacientes tratados con RE entre 1998 y 2015, excluyéndose los pacientes con nódulos ≤5 cm y BCLC-C por enfermedad a distancia. Se definieron los patrones de progresión en 4 grupos, crecimiento de lesiones diana (cLD, n= 18), crecimiento de lesiones no diana (cLnD, n=9), nuevas lesiones intra hepáticas (NIH, n=22) y nuevas lesiones extra hepáticas (NEH, n=27). La mediana de seguimiento tras progresión fue de 15,9 meses (IQR 7,3-33,6). La supervivencia post progresión por grupo fue de cLD 9,7 meses (IC95% 5,1-14,5), cLnD 14,1 meses (IC95% 12,1-16,1), NIH 5,1 meses (IC95% 1,5-8,6) y NEH 3,8 meses (IC95% 1,2-6,3) (p=0,62). Al agruparse los pacientes por crecimiento de lesiones existentes (12,5 meses -IC95% 7,3-17, 8-) frente a aparición de nuevas lesiones (4,2 meses -IC95% 2,1-6,3-), si había diferencias estadísticamente significativas (p=0,02). Por tanto, en una cohorte de pacientes con HCC avanzado por invasión portal, la RE en primera línea tuvo una mayor supervivencia comparado con Sorafenib y la aparición de nuevas lesiones es un factor independiente de mal pronóstico en pacientes sometidos a RE.