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Hace treinta años Roland Barthes buscaba un tercer nivel de lectura de imágenes que se alejaba de la rígida lectura informativa y simbólica para dejar que fuese el significante quien hablara. Sus análisis llegaron a su mayor notoriedad en el estudio de la fotografía La chambre claire. El artículo siguiente parte de que la hipótesis que Barthes dejó en sus notas sobre el medio fotográfico resuena hoy por un lado en la miniaturización de los recursos y la instantaneidad del soporte de la cámara de vídeo digital y por otro lado, en el principio de modularidad y accesibilidad de los nuevos medios. En una segunda parte, el texto ahonda en la idea de la memoria barthesiana y en el paralelismo que toma junto con las reflexiones que Jean-Luc Godard concedió a través de la imagen electrónica. La aparente arbitrariedad en la selección de las imágenes que integran el estudio sigue el análisis de Barthes, por ello, responde a un criterio de confianza en la espontaneidad y en la memoria del autor.