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Abstract
La nutrición infantil ha experimentado una creciente evolución en función de los estudios de investigación desarrollados y los diferentes criterios adoptados para establecer unas recomendaciones que satisfagan plenamente las necesidades fisiológicas y demandas nutricionales del neonato. La normativa de composición de las fórmulas ha sido dictadas por la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica (ESPGAN) y la Academia Americana de Pediatría (AAP). Recientemente el Panel de Expertos del Life Sciences Resarch Office (LSRO) de la American Society for Nutritional Sciences (ASNS) ha sido establecido las últimas disposiciones en relación a los niveles recomendados de diferentes nutrientes en las formulas infantiles de manera que su cumplimiento asegure y proporcione, por si mismas, la única fuente de alimento de los lactantes a término durante su primer año de vida. No hay duda de que la lactancia natural es la más adecuada para el recién nacido y que es preferible a cualquier otro tipo de alimentación infantil. No obstante, el empleo de las fórmulas infantiles se hace imprescindible en aquellos casos en que no sea posible la alimentación del lactante con leche materna. El modelo de lactancia natural en España es similar al de los países del área industrializada del mundo, aunque su duración es sensiblemente inferior a la descrita para otros países del área europea, se abandona masivamente a lo largo del primer semestre de vida. No sólo se debe considerar la leche materna bajo aspectos analíticos cuantitativos en cuanto a su contenido en nutrientes esenciales, sino también es necesario que las fórmulas infantiles proporcionen una fuente de micronutrientes biodisponibles y, en este sentido, todavía hoy los conocimientos sobre ingesta, requerimientos, biodisponibilidad e intervalos de tolerancia de gran parte de los oligoelementos, con respecto a su influencia en el desarrollo infantil, son todavía limitados e insuficientes.