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Keywords

Educación del carácter, virtudes, florecimiento, Character Education, virtues, flourishing

Abstract

El trabajo que aquí se presenta, propone una doctrina aristotélica para la educación del carácter. Hacia fines del siglo XX tanto en Europa como en Estados Unidos, surge el movimiento de la educación del carácter, que busca volver a poner en escena los conceptos básicos aristotélicos. Este movimiento surge por los efectos negativos que tuvieron las doctrinas de corte kantiana, que imperaron al menos en el mundo de la educación y de la educación del carácter, luego de las guerras mundiales. Kristján Kristjánsson, un neo-aristotélico, como se autodenomina, busca darle sustento filosófico, a las diversas discusiones que se dan en ámbito académico, a fin de lograr que la educación del carácter logre su cometido: el desarrollo y crecimiento personal. Las bases para ello son las virtudes, y de manera especial, la virtud de la prudencia. Así mismo, ese crecimiento personal tiene un norte que es el florecimiento. Es decir, la vida plena o feliz, a la que toda persona tiende con sus acciones. Con diversos métodos para la educación del carácter y en vistas al florecimiento, se presenta una teoría de educación del carácter que puede ayudar a los jóvenes del siglo XXI a desarrollar todo su potencial como personas y ciudadanos.

The work presented here proposes an Aristotelian doctrine for character education. Towards the end of the 20th century, both in Europe and in the United States, the character education movement arose, which sought to bring the basic Aristotelian concepts back to the forefront. This movement arose due to the negative effects of the Kantian doctrines that prevailed at least in the world of education and character education after the World Wars. Kristján Kristjánsson, a neo-Aristotelian, as he calls himself, seeks to give philosophical support to the various discussions that take place in academia, in order to ensure that character education achieves its purpose: personal development and growth. The bases for this are the virtues, and especially the virtue of prudence. Likewise, this personal growth has an aim which is flourishing. That is to say, the full or happy life, to which every person tends with his or her actions. With various methods for character education and with a view towards flourishing, a theory of character education is presented that can help young people in the 21st century to develop their full potential as people and citizens.

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