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Abstract
Las consideraciones habituales sobre la naturaleza de la empresa dependen en gran medida de las explicaciones de Coase, junto con las aportaciones procedentes de la teoría de la agencia y la teoría de los accionistas. A pesar de las exigencias de objetividad y neutralidad, ha sido difícil proporcionar un lugar a un tipo de ética empresarial que reconozca la naturalezaz personal del ser humano y la contribución de las empresas al bien común según esas premisas. Este artículo empieza presentando las suposiciones de Coase que están implícitas en la teoría de las agencia y después expone su crítica a la luz de los postulados personalistas y del bien común. Pretende mostrar cómo los principios del personalismo y del bien común crean un marco que no sólo se acomoda mejor a la ética empresarial, sino que también permite una comprensión más convincente de la empresa como un todo.