Abstract
La renuncia de Benedicto XVI da lugar a la elección de un Papa (Francisco) que llena el futuro de incógnitas, al mismo tiempo que subraya la estabilidad que tiene una Iglesia con veinte siglos de fe vivida.
La renuncia de Benedicto XVI da lugar a la elección de un Papa (Francisco) que llena el futuro de incógnitas, al mismo tiempo que subraya la estabilidad que tiene una Iglesia con veinte siglos de fe vivida.