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Abstract
En nuestro entorno cultural, la pregunta religiosa actual se formula en términos de «¿cómo decir Dios?». Esta búsqueda se concreta privilegiadamente en el ámbito de la experiencia estética. En este horizonte, el autor ensaya elaborar una teología de la música como epifanía del Misterio partiendo de la experiencia, la empatia y la conversión. Se subraya la presencia de compositores que interpretan hermenéuticamente la Palabra llevándola a una comprensión empática y que va más allá de cualquier explicación. A la hora de decir una palabra sobre el Inefable y sobre el misterio de su comunicabilidad, los teólogos pueden ser sensibles a los lenguajes meta-lingüísticos, como la música y la percepción estética. En ellos pueden encontrar un camino de comunicación de la percepción estética del Misterio del Dios que se revela.