Desde
mediados del siglo XVI en los Países Bajos, integrados
en la corona de España, aparecen buenos impresores
de mapas que alcanzaron notable difusión gracias
a la selección de las fuentes utilizadas y a
la esmerada realización de las láminas
calcográficas. Los cartógrafos e impresores
que compiten entre sí son Abraham Ortelius (1527-1598)
y Gérard de Jode (1509-1591).
Abraham Ortelius había comenzado su carrera como
coloreador y comerciante de mapas, dibujos y libros,
después se dedicaría a la cartografía
a la sombra de Gerard Mercator. En 1570, Cristóbal
Plantino le imprimió los textos neerlandeses
de Spiegel der werelt ghestetlt in ryme, una
edición de bolsillo de la obra Theatrum orbis
terrarum escrita por Ortelius.
Los mapas de este primer atlas de bolsillo del mundo
fueron grabados e impresos en el taller de Philippe
Galle, famoso grabador de Amberes.
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